No es el estar confrontados a nuestra mediocridad o a nuestras insuficiencias lo que más tememos. Por el contrario, nuestro temor más profundo es medir toda la extensión de nuestro poder.Es nuestra luz la que nos da miedo, y no nuestra oscuridad.Nos preguntamos: ¿Quién soy yo para mostrarme tan hábil, tan lleno de talento y tan brillante? ¿Y quiénes seríamos pues para no mostrarnos así?. Somos hijos de Dios. No serviremos al mundo haciéndonos más pequeños de lo que somos. No hay ningún mérito en disminuirse a sí mismo para que otros se sientas seguros.Estamos aquí para brillar con todo nuestro esplendor como lo hacen los niños. Hemos nacido para manifestar a pleno día la gloria de Dios que está en nosotros. Y esta gloria no reside únicamente en algunos de nosotros, sino en todos y cada uno.Cuando dejamos que nuestra propia luz resplandezca, sin saberlo damos permiso a los demás para hacer lo mismo.
Cuando nos liberamos de nuestro propio miedo, nuestra presencia libera automáticamente a los demás.
Nelson Mandelaen su discurso de investidura como presidente de África del Sur en 1994
jueves, 28 de febrero de 2008
Almas Gemelas
Una relación de Amor Verdadero se caracteriza por la ausencia de conflictos, ya que más que una relación basada en el aprendizaje, se trata de una relación cimentada en el apoyo mutuo y en la incondicionalidad. Si bien cada una de nuestras circunstancias en la vida es un motivo de autoconocimiento, no es necesario que esto sea llevado a cabo desde el dolor y el sufrimiento.
En este sentido, una pareja cuya relación se fundamenta en el Amor Verdadero seguirá aprendiendo, progresando y evolucionando, pero desde el nivel de la consciencia, lo cual quiere decir que ha dejado atras la necesidad de aprendizaje a través del dolor.
Por supuesto que en toda relación y convivencia de pareja se dan las circunstancias de fricción, pero el enfoque de las mismas, cuando la base de unión es el Amor Verdadero, permite que cualquier problema sea enfrentado desde una perspectiva más elevada:
desde el apoyo y la incondicionalidad. Puede tambalearse todo alrededor de esta unión, pero el apoyo y la incondicionalidad le permiten sobreponerse siempre a cualquier situación desarmónica
que pueda darse por los motivos que sean.
Cuando nuestra relación es de Amor Verdadero, existe un sentimiento sólido y arraigado por parte de los dos miembros de la pareja, de haber encontrado la calidad de relación que aporta una calma interna, un regocijo y celebración externa y un sentimiento de estar con quien mejor y más nos conoce y acepta por ser complementario a nuestro carácter, personalidad y temperamento.
Es entonces cuando se nos presenta la oportunidad de darnos cuenta de que hemos encontrado o nos ha encontrado el Alma Gemela. Sentimos una mutua y tranquila alegría en nuestro corazón difícil de describir con palabras; como si compartiéramos en secreto una complicidad, un tesoro que solo conoce nuestra pareja y que las personas con las que nos relacionamos van notando por el solo hecho de nuestra presencia, como si irradiáramos una especial energía allí donde estamos juntos, y que llena todo a nuestro alrededor con una vibración muy especial.
El Alma Gemela sólo llega cuando uno está lleno de sí mismo y no necesita ser rescatado de su soledad ni siente que el amor llenará su vacío interno ni externo, ya que ha tenido el valor suficiente para aprender a amarse a sí mismo, a celebrar la vida y a celebrar el amor de forma incondicional a través de su actitud positiva con todas las personas de su entorno: solo así se puede encontrar al Alma Gemela, al Amor Verdadero.
En tiempos pasados, en la mayoría de las culturas de muchos países, el matrimonio era pactado por los padres o tutores de la pareja. Los futuros cónyuges sabían desde la infancia con quién contraerían matrimonio, tendrían hijos y pasarían el resto de sus vidas. Evidentemente se daba por hecho que el enamoramiento no era la base; el amor, si se manifestaba, sería después de un tiempo de convivencia; y si no se manifestaba, poco importaba, ya que lo importante era la conveniencia de asegurar una continuidad estable en la comunidad familiar, social y cultura. El matrimonio era una institución, un modo de vida enfocado a la procreación y salvaguarda de los valores de unidad familiar. La convivencia, en la mayoría de los casos, llevaba a la confianza, de la confianza al respeto, del respeto a la valoración de la valoración al reconocimiento y del reconocimiento, con un poco de suerte, al amor.
¿Y entonces dónde estaba el Alma Gemela?
Somos y pertenecemos a una especia de "tribu" energética, formada por muchas almas encarnadas en cuerpos y unidad por un sistema de red lumínica que nos enlaza a todos.
Esta "tribu" energética amalgama a todas las personas con las que nos vayamos encontrando, a lo largo de cada vida, de cada existencia; serán todas las personas con las que vayamos a mantener una relación, ya sea esta relación corta, larga, positiva, intensa, superficial, dolorosa, momentánea o duradera, familiar, sentimental o de compromiso. Ni una sola de nuestras relaciones es casual, sino causal. Ni siquiera lo aparentemente sin importancia deja de ser importante.
De entre todas nuestras conexiones, por Ley de Afinidad, existen unas más definidas que otras. En este sentido, el entramado más afín será aquel que tenga más similitud energética, y sobre todo, aquel que reúna cualidades parecidas y en ocasiones incluso idénticas; son los llamados espiritus afines.
Un espiritu afín puede estar encarnado en alguien de tu familia y la relación con él o ella es especialmente alegre, de facilidad y felicidad, de apoyo e incondicionalidad. Cuando nos encontramos con un espíritu afín encarnado en el ámbito de las amistades, se produce un reconocimiento instantáneo y se da una afinidad en ambas direcciones que hace que de repente, casi instantáneamente, se salten las barreras de tiempo y espacio y te parece que conoces a esa persona de toda la vida, y así es; aunque no es de toda la vida,
sino de todas las vidas. La confianza es instanténea y también se siente mucho regocijo, alegría y felicidad.
Cuando un espíritu afín llega a tu vida como una pareja sentimental, la convivencia es maravillosa; la felicidad y comprensión son la base de la relación y ambos se apoyan contínuamente. Si unen sus vidas, se puede asegurar que su relación será muy duradera, y si alguna vez deciden separar sus caminos, siempre quedará un vínculo irrompible y de la más pura gratitud y reconocimiento.
Sin embargo, el Alma Gemela es mucho más que un espíritu afín: Es el más afín de los espíritus. Es tu otra mitad. Es aquella parte de tu mismo Ser, antes de que Tu Ser decidiera venir a experimentar, aprender o estar en misión a un mundo en cuya realidad existe una ley en acción: La Ley de Opuestos, la dualidad, la polaridad entre sexos diferentes.
El reconocimiento de Alma Gemela se da en el nivel del alma; sin embargo, una vez aquí , en la tercera dimensión, existen ciertas posibilidades de dificultad para que el encuentro no sólo se produzca, sino que además se consolide y sea duradero, al margen de todo el romanticismo que siempre ha generado el término.
Un Alma Gemela encarnada, es un ser humano que posee en sí mismo lo mejor de su otra mitad y viceversa.
Las Almas Gemelas no poseen los mismos defectos; por el contrario, con su luz común se ayudarán mutuamente a limpiar sus respectivas sombras (todo el bagaje que constituye su herencia genética, racial, cultura, social, educacional y que todavía tiene que enfrentar, asumir y la mayoría de las veces limpiar y transmutar).
Hasta que las sombras individuales de ambas personas no estén transmutadas e iluminadas, no podrán realizar la fusión necesaria para llevar a cabo su misión de expandir luz como UNIDAD que son, como Almas Gemelas que son; es decir, su realidad polar debe ser trascendida para poder ser UNO y no DOS.
La misión de la unión de las Almas Gemelas es completamente espiritual, en el sentido de que su unión se basa en la generación permanente de un impacto de total sanación; esto quiere decir que una pareja de Almas Gemelas es capaz de generar con su sola presencia un vórtice energético de tal vibración que repercute en el entorno donde se encuentren y este es un hecho que escapa a la mente racional y a la lógica.
Una pareja de Almas Gemelas tiene una misión común de sanación, ya que es sólo a través del Amor como la humanidad podrá dar el salto frecuencial que necesita a nivel evolutivo, en nuestra actual sociedad, donde la violencia y la injusticia han generado tanta desarmonia.
Las Almas Gemelas, para encontrarse, han tenido que trascender ya sus respectivos miedos a la soledad, su falta de autoestima, sus pautas emocionales neuróticas, su necesidad de reconocimiento egoico, y sobre todo han tenido que asumir su misión en la vida".
Extraído del Libro "Almas Gemelas. El amor del cielo manifestado en la tierra" (Nina Llinares)
En este sentido, una pareja cuya relación se fundamenta en el Amor Verdadero seguirá aprendiendo, progresando y evolucionando, pero desde el nivel de la consciencia, lo cual quiere decir que ha dejado atras la necesidad de aprendizaje a través del dolor.
Por supuesto que en toda relación y convivencia de pareja se dan las circunstancias de fricción, pero el enfoque de las mismas, cuando la base de unión es el Amor Verdadero, permite que cualquier problema sea enfrentado desde una perspectiva más elevada:
desde el apoyo y la incondicionalidad. Puede tambalearse todo alrededor de esta unión, pero el apoyo y la incondicionalidad le permiten sobreponerse siempre a cualquier situación desarmónica
que pueda darse por los motivos que sean.
Cuando nuestra relación es de Amor Verdadero, existe un sentimiento sólido y arraigado por parte de los dos miembros de la pareja, de haber encontrado la calidad de relación que aporta una calma interna, un regocijo y celebración externa y un sentimiento de estar con quien mejor y más nos conoce y acepta por ser complementario a nuestro carácter, personalidad y temperamento.
Es entonces cuando se nos presenta la oportunidad de darnos cuenta de que hemos encontrado o nos ha encontrado el Alma Gemela. Sentimos una mutua y tranquila alegría en nuestro corazón difícil de describir con palabras; como si compartiéramos en secreto una complicidad, un tesoro que solo conoce nuestra pareja y que las personas con las que nos relacionamos van notando por el solo hecho de nuestra presencia, como si irradiáramos una especial energía allí donde estamos juntos, y que llena todo a nuestro alrededor con una vibración muy especial.
El Alma Gemela sólo llega cuando uno está lleno de sí mismo y no necesita ser rescatado de su soledad ni siente que el amor llenará su vacío interno ni externo, ya que ha tenido el valor suficiente para aprender a amarse a sí mismo, a celebrar la vida y a celebrar el amor de forma incondicional a través de su actitud positiva con todas las personas de su entorno: solo así se puede encontrar al Alma Gemela, al Amor Verdadero.
En tiempos pasados, en la mayoría de las culturas de muchos países, el matrimonio era pactado por los padres o tutores de la pareja. Los futuros cónyuges sabían desde la infancia con quién contraerían matrimonio, tendrían hijos y pasarían el resto de sus vidas. Evidentemente se daba por hecho que el enamoramiento no era la base; el amor, si se manifestaba, sería después de un tiempo de convivencia; y si no se manifestaba, poco importaba, ya que lo importante era la conveniencia de asegurar una continuidad estable en la comunidad familiar, social y cultura. El matrimonio era una institución, un modo de vida enfocado a la procreación y salvaguarda de los valores de unidad familiar. La convivencia, en la mayoría de los casos, llevaba a la confianza, de la confianza al respeto, del respeto a la valoración de la valoración al reconocimiento y del reconocimiento, con un poco de suerte, al amor.
¿Y entonces dónde estaba el Alma Gemela?
Somos y pertenecemos a una especia de "tribu" energética, formada por muchas almas encarnadas en cuerpos y unidad por un sistema de red lumínica que nos enlaza a todos.
Esta "tribu" energética amalgama a todas las personas con las que nos vayamos encontrando, a lo largo de cada vida, de cada existencia; serán todas las personas con las que vayamos a mantener una relación, ya sea esta relación corta, larga, positiva, intensa, superficial, dolorosa, momentánea o duradera, familiar, sentimental o de compromiso. Ni una sola de nuestras relaciones es casual, sino causal. Ni siquiera lo aparentemente sin importancia deja de ser importante.
De entre todas nuestras conexiones, por Ley de Afinidad, existen unas más definidas que otras. En este sentido, el entramado más afín será aquel que tenga más similitud energética, y sobre todo, aquel que reúna cualidades parecidas y en ocasiones incluso idénticas; son los llamados espiritus afines.
Un espiritu afín puede estar encarnado en alguien de tu familia y la relación con él o ella es especialmente alegre, de facilidad y felicidad, de apoyo e incondicionalidad. Cuando nos encontramos con un espíritu afín encarnado en el ámbito de las amistades, se produce un reconocimiento instantáneo y se da una afinidad en ambas direcciones que hace que de repente, casi instantáneamente, se salten las barreras de tiempo y espacio y te parece que conoces a esa persona de toda la vida, y así es; aunque no es de toda la vida,
sino de todas las vidas. La confianza es instanténea y también se siente mucho regocijo, alegría y felicidad.
Cuando un espíritu afín llega a tu vida como una pareja sentimental, la convivencia es maravillosa; la felicidad y comprensión son la base de la relación y ambos se apoyan contínuamente. Si unen sus vidas, se puede asegurar que su relación será muy duradera, y si alguna vez deciden separar sus caminos, siempre quedará un vínculo irrompible y de la más pura gratitud y reconocimiento.
Sin embargo, el Alma Gemela es mucho más que un espíritu afín: Es el más afín de los espíritus. Es tu otra mitad. Es aquella parte de tu mismo Ser, antes de que Tu Ser decidiera venir a experimentar, aprender o estar en misión a un mundo en cuya realidad existe una ley en acción: La Ley de Opuestos, la dualidad, la polaridad entre sexos diferentes.
El reconocimiento de Alma Gemela se da en el nivel del alma; sin embargo, una vez aquí , en la tercera dimensión, existen ciertas posibilidades de dificultad para que el encuentro no sólo se produzca, sino que además se consolide y sea duradero, al margen de todo el romanticismo que siempre ha generado el término.
Un Alma Gemela encarnada, es un ser humano que posee en sí mismo lo mejor de su otra mitad y viceversa.
Las Almas Gemelas no poseen los mismos defectos; por el contrario, con su luz común se ayudarán mutuamente a limpiar sus respectivas sombras (todo el bagaje que constituye su herencia genética, racial, cultura, social, educacional y que todavía tiene que enfrentar, asumir y la mayoría de las veces limpiar y transmutar).
Hasta que las sombras individuales de ambas personas no estén transmutadas e iluminadas, no podrán realizar la fusión necesaria para llevar a cabo su misión de expandir luz como UNIDAD que son, como Almas Gemelas que son; es decir, su realidad polar debe ser trascendida para poder ser UNO y no DOS.
La misión de la unión de las Almas Gemelas es completamente espiritual, en el sentido de que su unión se basa en la generación permanente de un impacto de total sanación; esto quiere decir que una pareja de Almas Gemelas es capaz de generar con su sola presencia un vórtice energético de tal vibración que repercute en el entorno donde se encuentren y este es un hecho que escapa a la mente racional y a la lógica.
Una pareja de Almas Gemelas tiene una misión común de sanación, ya que es sólo a través del Amor como la humanidad podrá dar el salto frecuencial que necesita a nivel evolutivo, en nuestra actual sociedad, donde la violencia y la injusticia han generado tanta desarmonia.
Las Almas Gemelas, para encontrarse, han tenido que trascender ya sus respectivos miedos a la soledad, su falta de autoestima, sus pautas emocionales neuróticas, su necesidad de reconocimiento egoico, y sobre todo han tenido que asumir su misión en la vida".
Extraído del Libro "Almas Gemelas. El amor del cielo manifestado en la tierra" (Nina Llinares)
miércoles, 27 de febrero de 2008
Cancao do Mar - Henry & Anne (The Tudors) por Dulce Pontes
FUI BAILAR NO MEU BATEL
ALÉM DO MAR CRUELE
O MAR BRAMINDO
DIZ QUE EU FUI ROUBAR
A LUZ SEM PAR,DO TEU OLHAR TÃO LINDO
VEM SABER SE O MAR TERÁ RAZÃO
VEM CÁ VER BAILAR MEU CORAÇÃO
SE EU BAILAR NO MEU BATEL
NÃO VOU AO MAR CRUELE NEM LHE DIGO
AONDE EU FUI CANTAR
SORRIR, BAILAR, VIVER, SONHAR CONTIGO
Fuí a bailar en mi bagel, más allá del mar cruel, del mar bravo
dice que fui a robar la luz sin par de tu bella mirada
Vete a saber si el mar tendrá razón
ven y mira como baila mi corazón
Si yo bailo en mi bagel
no le digo al mar cruel
donde fui yo a cantar
sonreir, bailar,vivir, soñar contigo.
jueves, 21 de febrero de 2008
Pasa la vida

Hoy quiero aconsejar un blog que he descubierto por casualidad y que es impresionante, es un blog en donde poder pasar horas y horas. Tiene una colección de dibujos de Leonardo da Vinci que es bárbara, así como una cantidad enorme de referencias a otros artistas, tanto clásicos com actuales. De hecho el enlace que dejo llava a un post en el que podemos disfrutar de la obra de Alessandro Bavari con una serie de fotografías e ilustraciones que titula El sueño de la razón. Son alucinantes y nos sumergen en mundo onirico, totalmente surrealista.
alessandro-bavari-fotografia-e-ilustracion-el-sueno-de-la-razon
martes, 19 de febrero de 2008
# Bomarzo, por Manuel Mujica Lainez

Hoy quiero escribir sobre uno de los libros que más me han llegado de los muchísimos que he leido. Bomarzo recrea la vida de un noble italiano del siglo XVI: el duque Pier Francesco Orsini, el "contrahecho, cínico e intrigante". Su drama se desarrolla en el ambiente trágico y sensual del Palacio Orsini y el célebre bosque de los monstruos de Bomarzo, próximos a la ciudad de Viterbo. Los numerosos personajes históricos, evocados por las confesiones del duque, componen un minucioso fresco del Renacimiento italiano.
Es un libro increíble. En él se puede encontrar, además de una correcta ambientación histórica, detalles muy finos respecto de la "sagrada ciencia" (astrología, numerología, alquimia, y demás ramificaciones).
El juego entretenido es que hay un protagonista, pero, que siempre va relacionándose con otros protagonistas. Contiene sentencias magníficas, conclusiones atrevidas, y sobre todo, el detalle del panorama psicológico de un alguien que vive fuera de las reglas (y acaso hay alguien que no haya incumplido alguna vez más de una?)
"- El amor -le contesté- es un modo de sobrevivir". Bonita estructura, cierto?
Hay una parte en la que cita a Giordano Bruno:
"Miré al cielo crespuscular, en el que empezaría a encenderse la palidez de las constelaciones, y recordé lo que dice Giordano Bruno acerca de los astros, animales tranquilos también, de sangre caliente y costumbres regulares, impulsados por la razón".
Lo mejor de todo es que no pierde en detalles cotidianos, nada flota en lo supuesto, toda la historia transita en lo terrenamente terrenal, por así decirlo, no hay escape. Es un libro extenso, es extenso disfrutarlo, en algún lugar dice:
"-¿Sabemos por qué matamos? ¿Lo sé yo, lo sabe Lorenzino? ¿Podemos asegurar que entedemos algo de alguien, cuando atravesamos las capas obvias de la superficie y nos adentramos en lo más profundo? ¿Nos entendemos a nosotros mismos? Tantos elementos sutiles, delicados, ignotos, juegan cuando cumplimos cada acción - la de matar a un hombre o la de amar a otro- que en verdad para comprender cualquier sentimiento y cualquier actitud, aun las aparentemente más simples, deberíamos dedicar nuestra vida entera a desmontar, pieza a pieza, el misterio de las razones acumuladas, entreveradas, y aún así probablemente se nos hurtaría lo principal"
Es un libro denso de acuerdo, lleno de matices, con un léxico y tonos maravillosos.
No es un libro para leer a ratos o en tiempos perdidos sino que requiere dedicación y calma pero que depara momentos absolutamente memorables.
A veces se parece a la mitica YO CLAUDIO, un personaje en medio de todas las intrigas de la epoca, al que todo el mundo desprecia por sus deficiencias y que curiosamente sobrevive a todo el mundo y gobierna para sorpresa de todos .El duque de Bomarzo sobrevive a padres, hijos, esposa, amigos, amantes. A algunos los mata el mismo y a otros las intrigas o batallas pero él con todos sus problemas y traumas es quien queda hasta el final .Construye una especie de jardin/mausoleo distinto a todo lo existente y se apaga buscando el sueño que persiguio toda su vida y que antepuso a cualquier otra cosa: la inmortalidad
domingo, 17 de febrero de 2008
#Tirando de los brotes

Cuentan que había una vez un terrateniente tan impaciente, que para ayudar a crecer los brotes de su sembrado, tiró de todos ellos, malogrando así toda su cosecha.
El impaciente no sabe esperar ni respeta el curso natural de los acontecimientos. Nadie puede empujar al río; así que lo único que nos queda hacer es Apresurarnos lentamente, y no obsesionarnos con los objetivos.
De esta forma para combatir la paciencia podemeos ejercitarnos en:
1.Apreciar las cosas tal como son, con un entendimiento correcto.
2. La meditación, con la que aprendemos a esperar sin obseionarnos.
3. Potenciar la paciencia.
4. La ecuanimidad, que es la firmeza de mente que nos ayuda a mantener el ánimo equilibrado.
sábado, 16 de febrero de 2008
Gracias
Prólogo
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